"Ciertas cosas merecen ser servidas en tazas, dejen que me explique, todos hemos bebido leche, podemos suponerlo, la leche para ustedes seria ese brebaje sagrado de la niñez, esa pureza que emana de los pechos de nuestras eternas, escultoricas, sagradas madres. Brotan de los pechos de la inocencia y claro, merecen una buena taza, una taza de la mejor cerámica, una taza con su meor recuerdo, su gran decoración, una taza que lo mejor que contiene so nuestros sorbidos de todos los dias. No nos perdamos, ciertas cosas merecen ser servidas en tazas, que vulgar es el vaso, que simple el agua, que vulgar la cola… sin embargo que alto y cultóricos son el té y el café, siempre han tenido esa esencia de ¡olé! Inglés, o francés. No nos perdamos, ciertas cosas merecen ser servidas en tazas, nadie duda de la nobleza de la leche con cacao, del chocolate y todo el mundo es lascivo con el zumo de frutas y con la mejor cerveza, oigan quizá esa sea la injusticia primordial, el vaso o la taza. Le entra a uno la duda, tiene leche merengada, tiene canela y siempre la recuerda recogida en un vaso, que obscenidad más perversa verla a ella desnuda a través de un cristal, sin embargo un dia uno va a la cocina y ve esa dulzura y se dice tu y tu canela merecéis una taza, pero oh! No nos perdamos, no estabamos hablando de eso, ciertas cosas merecen ser servidas en tazas, espero que me entiendan cuando hablo de cristales y cerámicas, pero no pienso ayudarles a acercarse a mí, eso está en sus manos, empuñar con toda su mano un vaso frío o coger con delicadeza una taza para no quemarse con su cuerpo lleno de pasión, cuando está caleiente, pero no me malinterpreten, sin canela no habría leche merengada, eso lo saben, lo que no tengo tan claro que sepan, oigan no pretendo ser pedante, yo tampoco lo sabía, era lo que podía llegar a significar la canela “per se” y no “en se”, ya saben que diría el taxista “Es como todo lo demás”.El taxista puede decir lo que quieras, mientras me lleva fijo mi mirada en una gran luna menguante, casi nueva, siento el traqueteo de la carretera y siento proxima la partida, pero ¡oh!, si, hoy es luna llena y no queda ya canela.
Esto no es para ustedes, es para ti."
Esto fue concebido entre dos claras noches de verano, mientras en taxi me hiba al aeropuerto de vuelta a Barcelona, y una madrugada cuando volvía "de fiesta" que me tomé...una tazá de canela. Se lo escribí a Vanessa (lo siento vanessa voy ultrajando mi intimidad)
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