La Fábula del Titán del traje gris


Ocurre que en la vida a veces no todo es ir, a veces es venir y otras volver. Esta que cuento es la bonita historia de alguien que vuelve. Dicen que tiempo ha, en tiempos de politeísmo, cuando muchos Dioses aguardaban de un mundo chico y virgen, los titanes vagaban por la tierra. Titanes “los que llevan máscaras blancas”. ¿Cómo ocurrió eso?

En 1791 el clérigo inglés W. Mc Gregor descubrió en la ilmenita de la arena negra de Cornualles el óxido de un nuevo metal; tres años después, el alemán K.H. Klaproth lo descubrió en el rutilo (TiO2) y lo denominó Titanio por el color del óxido (de títanos, tierra blanca)

Los Titanes, eran seres poderosos, hubo un tiempo en que dominaron el viejo mundo (y si no fue así entonces querido lector te equivocas de historia). Se hicieron muy ambiciosos y decidieron declararles la guerra a los Dioses, por ello secuestraron al hijo de Saturno; más tarde se avergonzaron y tan grande fue la vergüenza que se pusieron unas máscaras blancas que les dieron a merecer sus nombres.

El interés por este nuevo metal se interrumpió hasta el 1910, en el que M. Hunter buscando metales para filamentos de lámpara, obtuvo Ti por reducción por Na del Cl4Ti. Es en el año 1925 cuando A.E. Van Arkel obtiene Ti de alta pureza por disociación del yoduro (ese es el método que hoy en día se utiliza para purificarlo). En 1940 W. Kroll publica el procedimiento industrial actual de obtención por reducción por Mg del Cl4Ti.

Su naturaleza ambiciosa les llevó a una hazaña aún mayor; planificaron la invasión del Reino de los Cielos, del Olimpo, los Titanes se habían propuesto la más alta de las proezas.

En cuanto a la existencia de este material en la Tierra, se puede decir que es del 0.9% de la corteza terrestre; lo que significa que es el noveno elemento y el cuarto metal más abundante; de hecho está presente en la mayoría de los minerales, sustituyendo al Si en muchos silicatos, aunque se le parecía tanto que su presencia pasó inadvertida durante muchos años. El problema más importante de este metal es que su extracción no es económica.

Fracasaron en su nueva gesta y como castigo ahora sí impuesto por los dioses, se les renegó a las profundidades de la tierra, y fueron encerrados en el centro de la Tierra.

La aparición del Ti sirvió en un principio para sustituir al Al en las estructuras y chapas de los aviones militares de alta velocidad. Ya en 1952 comenzó a utilizarse en aviones civiles (motores de reacción y estructura) y en el empleo aeroespacial.

Uno de los cohetes pioneros de la NASA no en vano se llamaba Titan. No porqué fuera de Titanio, que no lo era. La gloria estaba reservada a Saturno, y gracias a él el hombre llegó a la Tierra. El mismo hombre que le rescataría de su encierro bajo tierra, lo sacaría a la superficie y con su ayuda, facilitaría al fín a los Titanes la conquista de los cielos.

Todavía hoy el 80% del uso del Ti es aeroespacial.

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