Sentado en una silla blanca espera, no sabe a quién espera, ni siquiera sabe en que momento a llegado alli para esperar a alguien. A su alrededor, la habitación blanca empieza a tomar color, se dibuja un cielo azul, una plaza de pueblo, niños jugando, de repente, la silla blanca es un banco. Hay un niño que tiene unos cinco años. Está sólo. Todos los niños se han ido ya con sus madres y el está sólo. El se siente parte de la escena, por supuesto, se da cuenta, se está viendo a si mismo, es un recuerdo "Exactamente, así es, un recuerdo" a aparecido en escena una especie de relflejo de él mismo pero vestido de un impecable negro, y le habla "¿te acuerdas aquella otra vez?" En un literal abrir y cerrar de ojos, está en la playa, ahora él de niño, parece tener unos 3 años; está en la playa rodeado de extraños, llorando, con un dedo en la boca, y de repente. De nuevo en la habitación blanca, delante de él está su otro yo vestido de negro, le dice "¿Comprendes entonces porqué estás aquí?" Pero el aún no comprende. Se levanta. Va entendiendo... El viaje no ha hecho más que empezar, le toca enfrentarse al mundo, a su propio mundo, lo único que tenemos y debe hacerle frente. Lo que no entiende aún es el porqué de todo esto.
La Ecuación Humana, dia cuatro: Trauma
Sentado en una silla blanca espera, no sabe a quién espera, ni siquiera sabe en que momento a llegado alli para esperar a alguien. A su alrededor, la habitación blanca empieza a tomar color, se dibuja un cielo azul, una plaza de pueblo, niños jugando, de repente, la silla blanca es un banco. Hay un niño que tiene unos cinco años. Está sólo. Todos los niños se han ido ya con sus madres y el está sólo. El se siente parte de la escena, por supuesto, se da cuenta, se está viendo a si mismo, es un recuerdo "Exactamente, así es, un recuerdo" a aparecido en escena una especie de relflejo de él mismo pero vestido de un impecable negro, y le habla "¿te acuerdas aquella otra vez?" En un literal abrir y cerrar de ojos, está en la playa, ahora él de niño, parece tener unos 3 años; está en la playa rodeado de extraños, llorando, con un dedo en la boca, y de repente. De nuevo en la habitación blanca, delante de él está su otro yo vestido de negro, le dice "¿Comprendes entonces porqué estás aquí?" Pero el aún no comprende. Se levanta. Va entendiendo... El viaje no ha hecho más que empezar, le toca enfrentarse al mundo, a su propio mundo, lo único que tenemos y debe hacerle frente. Lo que no entiende aún es el porqué de todo esto.
La Ecuación humana, dia tres: Dolor
La Ecuación Humana, dia dos: Aislamiento
Tiende su mano: todo es luz, y espera... si, oye su corazon. "Bueno? malo? Verdadero? Falso? No tienes que sentir nada, los sentimientos te encierran en ti mismo. Estoy aqui no me ves? Te recogere si caes. Estoy aqui, soy yo" Entonces cae, cae, cae, cae, cae, cae, cae, la luz parece lejana ahora, se precipita hacia un abismo. Llega a su fondo; la luz ha desaparecido, todo es oscuridad. "Sabiamos que no te rendirias, has llegado alli donde todo quema, si en ese punto tan profundo de ti mismo".
Entra el doctror en la sala, tiene el rostro ceniciento, el y ella duermen, hombro a hombro, el cardiograma siguie marcando el tic tac de la vida, imperterrito, el doctor les despierta, dice: "Buenas tardes, bien, debo informarles que su amigo se encuentra en un estado lamentablemente muy grave, hace apenas unos minutos ha dejado de responder a los estimulos a los que le sometiamos. Se que no son familia y por ello se lo dire francamente; le estamos perdiendo".
http://en.wikipedia.org/wiki/The_Human_Equation
La Ecuación Humana, dia uno: El incidente
No me puedo mover, no siento mi cuerpo... no recuerdo nada... pero ¿dónde estoy? Has sido rechazado, todos te han dejado, no te sorprendas; siempre ha sido así: estás sólo, no hay nadie en esta habitación. Quién eres, qué haces aquí? Yo soy tú y tu eres todos nosotros. No nos lo podemos creer, ¿te estás rindiendo? Sóis las ilusiones en mi mente ¿no es asi? ¿No sietes como quema dentro de ti? Tu no eres así ¿como es posible que te estés rindiendo? Pero... como es posible, parecéis tan reales... Seremos tan reales tanto como nos imagines. Pero no os veo, no os puedo tocar...
El Vivo deseo
M. tiene la armadura oxidada
Un relato muy ilustrativo acerca de lo que aqui se escribe, contextualizado en la de sobras conocida saga artúrica es el poema de Sir Gawain y el Caballero verde. En este un misterioso y etéreo caballero verde se presenta en la corte del rey arturo para desafiarle a un combate desigual en el que blandiendo el hacha del susodicho caballero, el rey debe intentar cortarle la cabeza. Sir Gawain acepta el desafío aceptando que pasadas las cuatro estaciones deberá este someterse a la misma prueba. Sir Gawain corta la cabeza del caballero este se incorpora, recupera su cabeza y reclama el cumplimiento de su cláusula. Al pasar el tiempo acordado Sir Gawain parte bravamente en busca de tan extraño personaje pero en su camino es retenido por una generosa corte que le ofrece honores, cobijo y algo más; la seducción de la dama del lugar. Sir Gawain llega a mostrar flaqueza al besar a la susodicha en un bonito juego que se repite durante tres dias con el señor del castillo. Finalmente el mismo Caballero verde resulta ser el propio señor y este no le ajusticia en el momento capital; al blandir el hacha y dejarla caer sobre el cuello de Gawain, este vacila en el último momento, dicha flaqueza es atribuida a la flaqueza que mostró con respecto a la dama. De esta forma Gawain regresa a la corte con el honor mancillado y recibe la moraleja de su propia historia
Y bien, M. también es un caballero. Y siempre lo ha sido, pero a él le han acontecido otras aventuras no menos dignas de tal lirismo. Y el también ha sido transformado, el también ha percibido el filo de el hacha en su cuello. Pero M. se quita el yelmo, tira su espada al suelo, suelta su escudo. M. ya no quiere ser más un caballero. Ya no. M. quiere ser el rey de un reino. Y poder cambiar su reino por un día mas. Poder cambiar su reino por un corazón. Poder quebrar un lado del triangulo del amor.
Para poder así andar entre dos vértices. Hacia una arista, hacia una única lejana y puntiaguda arista, en donde a pesar de le duela estar, al penetrarle en el corazón no se la pueda ya quitar, de la sangre que podría llegar a derramar. Sin poder cambiar su corazón por un dia más.
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Volvamos al amanecer. M. se levanta, toma fuerzas y se dispone, pedazo a pedazo desmonta su habitacion, cada libro extraido, cada fotografia arrancada, cada tornillo de cada mueble es como amputarse un miembro, perder una dioctria, darle una vuelta de tuerca al corazon cuando ya no es necesaria dicha vuelta; es doloroso y marea. Pero M. se sobrepone. Llegada la mala hora, despues del mediodia, lo ha conseguido. La habitacion esta vacia, la amputacion ha sido precisa, y poca sangre ha sido salpicada. Para que no duela a falta de anestesia M. se repite como rezan las palabras de un amigos suyo: “No pienses, desmonta, no pienses”. Una y otra vez suenan en su cabeza. Vacia la habitacion, su mirada la recorre por ultima vez, se acerca a la puerta y ya des de fuera de esta, en un acto solemne, cierra la puerta, M. procede a ocultar sus pertinencias en un lugar seguro. La venda cubre entonces el munyon. Llega la hora de elegir el equipaje y procede. Pero M. teme, se acercan los nuevos inquilinos, aquellos que reclaman su tumba profanada. A la llegada de estos M. se muestra gentil, les deja hacer su trabajo, se instalan. Y el plan sigue, M. se dirige hacia el local.
La mirada sigue vacia, las sonrisas se repiten sonoras. Pero ha llegado la hora, M. se levanta, se despide, vuelve y abre a hurtadillas la puerta de su antigua habitacion, no esta, se esfumo, se me ocurre compararlo con un perro que de un dia para otro no te reconoce como su duenyo, sino como a un extranyo. M. ejecuta la ultima fase de su plan.
Huye, corre, espera, pasa, embarca, y vuela. Vuela. Se les puede dar un objeto a todos estos verbos, embarca al acion, pasa el control, espera la cola, corre en coche, huye? M. huye? M. huye del centro del universo, de ese lugar en el que incluso en el estamos solos.
el texto no inclye tildes y la letra caracteristica del abecedario castellano se sustituye por "ny"
Blanco sobre Negro
Porque reincido. Porque es mi insoportable forma de ser.