"Un ojo sensible descubre el hueco entre los ladrillos, a luz que pasa."
Julio Cortázar
en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay en el fondo sabía que no se puede ir más allá porque no lo hay
La vida con ella, la vida en el palacio al este de oriente, la vida en España, la vida en Madrid. ¿La buena vida? No hacen falta tantas precisiones geográficas, era una buena vida porqué era con Lucía. Cómo olvidar esas primeras mañanas vacías cuando con hablarte tenía mucho más que suficiente, era todo lo que necesitaba. El resto que vivían con nosotros iban y venían, vivían, tu también, y yo buscaba trabajo. Luego llegaron las briscas, las sonrisas, los tequilas con sal y limón, las muchachadas, el fútbol; el entendimiento. Aranjuez, tu lesión en la espalda, Toledo, nuestra pasta italiana, el norte, nuestro todo es hoy y… ya pensaremos en el mañana.
Encontramos nuestro pequeño sitio en esa gran ciudad que a todos acoge; vimos teatro, cine, espectáculo, fuegos, sonrisas y más bien pocas lágrimas, muchas ganas de querernos, de redescubrir qué es ser querido.
El que me escribe estas líneas ya no sabe, si le echáis mucho de menos, todos nos hemos mudado; nuestro palacio se ha caído, sólo es un recuerdo, un muy buen recuerdo que de fondo siempre tiene tu sonrisa Lucia. Para nosotros, me ha dicho un pajarito, las españas, siempre serán nuestra casa.