M. se compró un punto de libro en Istanbul hace cosa de 4 años, ese punto de libro había marcado la mayor parte de las páginas que habían pasado, y no de ninguna manera, por la vida de M.; le tenía aprecio y lo que él consideraba más importante: se sentía orgulloso de él, pues no era un hombre al que le durasen mucho las cosas. Sin embargo, estando M. esperando a un metro, mientras leía La Inmortalidad del cuerpo, y justo cuando hiba a pasar el tren, sin intentar evitarlo, el punto se deslizo del libro y ondulando cayo recto hacia las vías del tren, M. sólo pudo contemplar como se caía lentamente y éste hechizado no podía hacer nada para evitarlo. Había perdido al punto de libro, aunque en el fondo estuviera al alcance de la mano, el punto había alcanzado un abismo moralmente demasiado profundo.
Sin embargo, M. no es una persona pesimista, "ejercitaré más mi memória", pensó, pensó sin darse cuenta de que era luna llena y unos días antes, montado en un avión había visto como la luna caía y caía al alabear el avión, en un abismo también muy profundo.
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