Ayer contenstando a unos correos, y discutiendo, bueno, yo sólo así que no era ninguna discussion, me dí cuenta de algo cuanto menos curioso; el telefono es lo prohibido.
Aquellos que vivan lejos de sus hogares, como es el caso, o que hayan leído algun libro como "La ignorancia" de Kundera saben qué es eso de tener 2 o 3 vidas, saben qué es eso de estar lejos de tus amigos, de tus familiares, y saben qué es eso de estar lejos de tus amigos cuando estás cerca de los que antes estaban lejos. Bien, uno recurre a muchos recursos para comuinicarse con ellos, carta, telégrafo, paloma mensajera y de forma más verosímil, correo electrónico, teléfono, skype, messenger, facebook, fotolog , este mismo blog, lo que sea para establecer una especie de contacto con tus queridos, ah y como no el contacto directo con café en mano y palabras volando.
Sin embargo hay en todo ello algo muy misterioso: el teléfono, sí el teléfono, el telefono es algo que clasifica, es como un fiscal acusador ante el que hay que justificarse. Tus quieridos se dividen en dos grupos: primero a aquellos a los que llamarías sin problemas por teléfono y luego están los que no. Aunque tus confidencias en forma de texto en una pantalla sean muy intensas y así también sean las ganas de hacer lo del café y las palabras con esta persona. Y sin embargo siempre está allí el teléfono como una barrera infranqueable, como un muro de Berlín de las relaciones. Lo que hay que ver. El mundo está bien girao.
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