Una señal, un pulso, un cable, un auricular, una onda, una frecuencia, un tímpano, un oído, una neurona, un cerebro... se eriza el bello, se humedecen los ojos, se seca la garganta, se segrega adredalina y grito, grito, canto, canto... ¿Eso es la música no? Eso son también las palabras. Cuando pensamos, no lo hacemos invocando imagenes: Hablamos con nosotros mismos, usamos un lenguaje. El lenguaje en términos computacionales es como nuestro sistema operativo, sin él no nos sirve el hardware (de aquí el éxito de lo alemán, pues escuchan hasta que terminamos de habodal ponen la acción lar, ya que por ejemplo cuando conjugan un verbo en último lugar, el alemán sin duda seria un buen pack de Unix, no como el Inglés, el "Windows" de los lenguajes, tan bonito y tan fácil de aprender, ¡lo sabe/tiene todo el mundo! además con el tiempo va perdiendo calidad...). ¿Y quien nos dice que nosotros somos los únicos en captar estas voces que nos proyectamos a nosotros mismos? ¿No podría alguien, de forma habilidosa, ensayada, captar nuestra frecuencia? Acaso de forma involuntaria, establecer una conexión, leve pero intuitiva. Captar esas ondas electromagnèticas que conectan a nuestras neuronas. Hablo de esas cosas que a todos nos ocurren: Un amigo nos llama justo cuando pensábamos en él. Nos responden a una pregunta que no nos atrevíamos a preguntar. Nos ganan al pòquer. Tonterias, sí seguramente, pero tonterías interesantes. Pongo este post más que nada porqué estos últimos días he estado experimentando cosas de este tipo de forma un tanto continuada, seguramente a expensas de haber estado hablando de esto con la gente. Como me dijo Txús, Obi Wan no estaba nada equivocado... ¡Usa la fuerza Marc!
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