Versus Terminus


Hace unos días que no sé cuantos días hace. Que ando como quien anduvo sin saber hacia dónde andaba. Como si todo fuera verbo y me hubiera olvidado de conjugar. Primera conjugación, ¿segunda? Salir, Fingir, Urdir, no sacas nada bueno de la tercera. Levantarse por las mañanas con un "¿Porqué?" estampado en la frente. Facer y desfacer con desgana, como si la vida fuera una mina de carbón y lo otro cuando salgo de ella, para dejar el hollín de lado.

Últimamente estos pensares salen del vaivenir del metro, dónde tiempo haylo, entre estación y estación pasa "un momento", oficialmente contabilizado por los romanos (estando mis palabras excentas de cualquier tipo de mentira) como un minuto y medio, si llega. Pero espera que me voy: no sé hacia dónde ando, bueno saberlo de sa-pi-en-cia sí lo sé, pero a veces el porqué puede solo con el peso del qué y no hay preposición que valga.

Si esto sigue así tendré que comprar una bonita postal, escribir algo humilde y entregado y de re-mate, mandárselo a los reyes magos, a ver si así, me devuelven el saber hacia dónde, anduvimos, es decir pudimos ir y no fuimos. De ir (que es de la tercera), de ser (que es de la segunda) y de estar (que es de la primera). ¡Jodidos copulativos!

No hay comentarios: