(o más sobre los dos mundos)
L'Umana fragilità
Salvator Rosa (s.XVII)
El pasado domingo M. contempló este fresco y se detuvo a su lado, C.L. le expresó su incomodidad, cuanta oscuridad. A M. sin embargo esta oscuridad en ese museo luminoso y pomposo le cautivó. Un niño recién nacido sellando su pacto con la muerte, memento mori, todos cuando nacemos firmamos este contrato, el tiempo llegará en el que se nos juzgue y junto al rey, junto al obispo, junto al presidente, junto al poeta, junto a la estrella, todos pasaremos por el mismo patio, con los mismos harapos y cabizbajos escucharemos la sentencia: "Ante los ojos de dios, todos sois iguales". Pero no nos desviemos, este cuadro aparte de oscurecer un poco todo esto nos muestra eso, la convergencia de dos mundos, lo nuevo y lo viejo, lo primero y lo último. Si en la primera parte de esta tetralogia con aires ingleses (Descripción, Reflexión, Contemplación y Transcripción) escribía una descripción atemporal, fuera de las polvorosas manos del tiempo, en ella había algo también tan eterno como el hombre (y la historia nos lo ha venido demostrando): siempre podremos pintar al menos una línia y podremos poner a unos en un lado y a otros en otro, nunca un pié en cada uno. Si dios (en minúscula) existe está ciego, ante los ojos de cualquiera, no todos somos iguales.
El mundo está escindido, clases, nóminas, marcados, los que llevan claveles en la solapa, lo que sea. Una de las divisiones en las que se manifesta el hombre en el mundo, es en los castos y los no castos, los devotos religiosos y los otros, o dicho de otro modo los que follan y los que no, mejor aún, los que quieren follar (aunque no puedan) y los que no. El pasado domingo, estuve por un momento en el otro lado de está línia que acabo de trazar: asistí a misa, en Cambridge por varios motivos, el primero, respeto. Fue una experiencia muy curiosa y enriquecedora, evidentemente fué un acto muy hipócrita por mi parte, pero bueno, mantuve mi no-falsedad, al no arrodillarme cuando requerido, no repetir frases del cura ni hacer ninguna señal digital. Eso si cuando cantabámos las canciones que teníamos en un papel que se nos dió, me hizo mucha ilusión cantar. Pues eso, lo dicho, es muy curioso ver como efectivamente se trata en el fondo, a mi entender de algo fundamentalmente físico, tan espiritual como parece ser, lo espiritual que esta gente maneja es no lo espiritual en sí sinó la mera negación de lo físico, lo no fisico, la ceguera, que ironía eso de que la masturbación provoca ceguera, como se reían del mundo, y cuanto se habrán reído del mundo quienes decidieron este tópico de la iglésia católica, mucho más ciegos están hacia la vida, tanto física como espiritual aquellos que nisiquiera se han masturbado. De todos modos debo confesar que no es oro todo lo que reluce, esta negación de lo físico (almenos hasta el matrimonio... y mira que putada si el sexo de nuestr@ vitalicio compañer@ no nos satisface) tiene sus ciertas e importantes ventajas: concentraión, o mejor dicho, no distracción, y sobretodo tiempo, y sufrimiento, se ahorran mucho sufrimiento, presuponiendo siempre que su estado no les haga sufrir.... ¿o no es así? En todo caso, ojo por ojo y todo el mundo estaria ciego. Si vemos las sombras es que hay luz.
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