¿Sabían qué?

Llegó el otoño, octubre y otoño, tan íntimamente entrelazados, tanto cómo intimidará hoja, no seca (para secar llega el invierno), sinó húmeda, con súelo húmedo; cómo en un acto sexual terrenal, eterno, confundiran nuestras pisadas hoja con tierra. Y ese olor; ese olor a hoja quemada. Ese olor a humo natural, naturalmente.

No en vano me mira amenazante el ojo de la noche; esta luna (casi llena) que entre tres nubes, es parpadeada por los cielos y por un instante encontrando su encuadre perfecto, cuál criatura infinita, curvada hacia los horizontes, me mira; un iris crateado, tirando a amarillo, por viejo y que también por sabio; y luego esa ventisca, húmeda, pero sin punzar (para punzar llega el invierno), y luego esa luz de farol, farolillo, farola, lo que sea, que cuál escena filmográfica, ilumina parte del camino, (para llegar llega el invierno).

Gozar de estos días que día a día se hacen cortos y lúgubrean más de la cuenta.
Ver cómo todo se marchita, como todo perece, no antes sin dejarnos el mejor pastel de tonos apagados, rojizos, anaranjados, grisáceos, ese mural que lenta y parsimoniosamente se irá tornando en gris. Porqué todo se torna en gris (para blancos y negros llega el invierno).

Y lo pregunto. Porqué todo se torna en gris. Crece la melancolía y el recuerdo de días mejores, lo exhala cada hoja de árbol de bosque. Nosotros lo inhalamos.

¿Porqué te fuiste cuándo pudiste ser mía?

¿Saben porqué? Porqué llegó el invierno.

11 comentarios:

Rebeca dijo...

Qué gusto da leerte hijo!!! =D

marcsit dijo...

Gracias ¡Rebeca! A mí también me daría mucho gusto leerte :) Si este pequeño comentario te sirve la mitad que me ha servido a mí el tuyo para motivarme al igual consigo que saques las telarañas... :)

José Luis Díaz dijo...

muy buena esta entrada! creo que un día tuvimos una conversación en la que comentábamos la necesidad de tener momentos de melancolía para poder apreciar más los momentos buenos cuando llegan. Y este espíritu de decadencia resulta que es algo más profundo de lo que pensamos, es un espíritu necesario para resurgir. Creo que nuestra vida son constantes picos y valles, después del espléndido verano, llega un momento transición otoñal hacia el durmiente invierno y tras el sueño llega el despertar de la primavera y así año tras año. El tiempo es cíclico para todos los seres vivos de este planeta. Gran escrito buen amigo! sigue asi!
1 fuerte abrazo!

Anónimo dijo...

Después del pornográfico verano, donde lo exterior todo lo cubre, llega el recogido otoño, preludio del aislado invierno.
Entonces, nuestra atención se dirige hacia donde todo se haya: explicación, sentido... del Ser... del Todo...
Aparece cierto miedo... a veces pánico...
Buena oportunidad para entererarse de algo.

marcsit dijo...

@José, la verdad es que, la encuentro un tanto vacía la entrada, no me digas porqué, pero la escribí, no me salía lo que quería, pero pensé que si eso es lo que tocaba, eso es lo que tocaba. El problema del espíritu en decadencia es cuando tenido en exceso nos domina, :P, gracias (cómo no) José, a partir de la semana que viene, vuelven nuestras conversaciones.

@Иbah, cierto. pronografia->recogimiento->aislamiento. Luego nos descapullamos de nuevo supongo. A mi en particular la llegada del frío me hace perder la voluntad y sentirme... enfermo.

Anónimo dijo...

qe envidia, aqui es primavera

marcsit dijo...

@Poli, pues a mí tu me das envidia :), el frío me recoge para adentro y no siempre ello es bueno. Gracias por pasarte.

Rebeca dijo...

No es mucho. No es bueno. Pero lo que dijiste sirvió al menos el doble de lo que pudo parecer.

He vuelto, pero eso sí, no me dejes sola, eh?

marcsit dijo...

Gracias Rebeca, no sé dónde te he dejado, pero sola no. Prometido.

jimcueva dijo...

Qué pasó con el blog =(

marcsit dijo...

Volveré Jim, gracias por pasarte, pero de veras que algún día dentro de poco volveré con fuerza.