Un giro de trama inesperado

Recuerdo el día, ese viernes no cualquiera. Todo anduvo por un camino en el que la sensualidad tomó el protagonismo. Tan apagada, tan cansada, tan pálida, tan tanto pero tan poco a la vez. Por eso pasaste por delante y ni siquiera sentiste mi presencia, transparentabas tanto, que pasaste de largo. "¡Eh!" exclamé, seguramente de forma más sutil, suave, no recuerdo ya, ya fue hace demasiado. Tu camisa también era transparente y blanco el sujetador que contenía un algo y un aire tan denso como ese algo, ese aire que ni siquiera compartimos.

Yo te respiraba pero tu ya respirabas otra cosa, tu olor era un preludio. Qué preludio. Lo que te de-gustaba. Canela. Sexo. Palabras, sólo palabras. Eso fueron: palabras transparentes. Como he dicho ni el aire compartimos: como íbamos a salirnos del papel. Seguramente el orígen de tu transparencia - cansancio -, esa que te cubría el rostro, se intuía debajo de tus ojeras, de la transparencia de tu esbeltez inusual de aquella tarde, tan delgada, quizás ilusiones mías.

Pero los preservativos que se deslizaron entre tu bolso te delataron. De nada sirvió que encendieras el cigarrillo con cierto estilo y deslizaras la cajetilla encima de ellos. El humo te resguardó de tu transparencia y esfumó los olores y las sutilezas.


Nos despedimos en una esquina, recuerdo, de forma discreta, sin pronunciar una palabra desmedida, desbordante, que sobrara, ya supiste. El octavo pasajero esperaba en tu portal y yo manos en el bolsillo, pisé con cierta indiferencia el suelo de aquella tarde de viernes no cualquiera.

3 comentarios:

javergu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
javergu dijo...

Después de una segunda lectura pausada he eliminado mi primer comentario errado. El giro de la trama era hacia el lado opuesto que crei entender.

marcsit dijo...

Exactamente. Justo lo contrario, de todas formas, aquí hay mucho contextual que se escapa -y soy consciente de ello-, pero es como dice el título un giro de trama inesperado.