Infinitésimos

Recuerdo a la perfección el día que mi padre olvidó en su despacho una de aquellas lupas de bolsillo, del tamaño de un llavero, para ampliar un tejido o una fibra. Aquél día, sin aún saberlo, mi padre me cambió la vida.

Comprender que alrededor de tí y de mi hay un espacio infinito. 

Siempre me ha parecido que la estructura de los números Reales encierra en su conjunto una doble infinitud poética y que me arrastra -inevitablemente- a querer atravesar una pared cualquiera.

Supongo que en estos términos no hay mejor forma para comprender el mundo que cogiendo un trozo de tela cualquiera y verlo a través de una de esas lupas de bolsillo.

Entre el cero y el uno hay infinitos números, o lo que es lo mismo

Comprender que entre tú y yo hay un espacio infinito. 

entre el cero y el número más grande no sólo hay números sino que también están todas las direcciones y sentidos de esta vida.

Que todo está hecho de ceros y accidentalmente lo rellenamos con un orden aleatorio. Que algo a su vez es infinitamente pequeño, un infinitésimo; inifinitamente grande, un infinito. Que el tiempo y el espacio también juegan un papel derivado en este juego. Derivado de haberme encontrado contigo gracias a tu cierta posición en un determinado instante. Juntar todos éstos y aquellos conceptos y comprender que esos infinitos e infinitésimos se transforman en un baile imperceptible porque uno logra ver que las palabras cursivas se han logrado colar en otro espacio de este texto y en otro momento de tu lectura y que

estar contigo es
contraer el espacio y expandir el tiempo

2 comentarios:

Aleceiaga dijo...

Detenerse en lo microscópico es como detenerse en un pálpito que, sorprendentemente, tiene dimensiones universales dentro de uno mismo. ¡Bravo! Genial las metáforas y las comparaciones.

marcsit dijo...

La sencillez lo encierra todo, el resto se nos escapa. Todo está allí entre las cosas pequeñas y apretadas :-)