Púrpura Profundo


A veces. Después de ocho años, dos meses, veintiún días y algunas horas la historia sigue siendo la misma. A veces son un par de acordes de otro mundo de una canción de este. A veces es un gesto. A veces el cierto crujido de hojas secas. A veces es el olor del polen de una flor. A veces pasa que todo me recuerda inevitablemente en algún ínfime detalle a aquella noche de hace ocho años, dos meses, veintiún días y seis horas para ser exactos. A veces pasa que siento que yo soy yo y no un recuerdo infantil de mí desde hace precisamente ésta cantidad de tiempo. Y como si en ese momento me hubieran puesto en órbita durante todo este tiempo un rincón un tanto húmedo, cálido y de un color grana oscuro de mente la haya tenio a ella no sólo como centro gravitatorio sinó como único planeta habitable del Universo Mayúsculo.

A veces pienso cuándo y cuán duro lo he intentado.

Pero es imposible. Será cierto que en esta vida hay ciertos momentos de naturaleza irremediablemente irreversible. Un nuevo punto de referencia a partir del cual desde hace ocho años, dos meses, veitniún días y seis horas para ser exactos lo he medido todo en mi vida:

el tamaño de unos ojos.
El perfil de las narices.
Las comisuras de los labios.
La longitud de los dedos.
La finura de unos cabellos.
La produndidad de unas almas.
La distancia que necesito para quedarme sin su cobertura.
El tiempo necesario para construir el olvido.
La cadencia de un pulmón enamorado y otro no.

El descubrimiento de las unidades físicas y magnitudes con las que se mide el Amor Mayúsculo:

un de tí.
Dos como tú.
Hasta cuatro para ella.
No seis llega a sí.

Así que para el final vamos lo diré ya de una vez: por favor acércate a mí, que realmente te necesito.

2 comentarios:

Annouk dijo...

Uaaaaaaaaaaaaaaaaaaau! GENIAL MARC!

marcsit dijo...

Merci Anna :) m'agrada que ho disfrutis :)