memorias (II) de una Escena


Aprovechadas o no, las oportunidades se suceden. Incasiablemente, una tras otra. El vivo recuerdo, no dista mucho del recuerdo muerto, o ese que nuncá fue y que sin embargo en un momento cualquiera pudiste llegar a hacer tan vivo. A veces uno sencillamente se deja atrapar por un sueño que lentamente se convierte en una pesadilla; un libro con las páginas tan vacías como la vida de uno mismo. Entonces hay que intervenir e intentar llenar esas páginas, porqué sinó se alcanza lo que nunca debería alcanzarse; la rutina condicionada.

La cuestión es, ¿Como puede uno pedir ser cuchillo y a la vez, que sangren por él? ¿Porqué sencillamente no nos dormimos cuando tenemos sueño? ¿Porqué sigue cantando el ruiseñor? Cuando todo el mundo lo sabe: ya no hay ruiseñores.

Al final somos esclavos de nuestros sueños

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