Las almas hipertrofiadas

Sigue del post anterior:

Ciertas civilizaciones tuvieron una arquitectura mayor que la de Europa, y la tragedia antigua jamás podrá ser superada. ¡Pero ninguna civilización hizo con los sonidos ese milagro que es la historia milenaria de la música europea con su riqueza de formas y estilos! Europa: gran música y homo sentimentalis. Dos mellizos que yacen uno junto a otro, en la misma cuna.

La música no sólo le enseñó al europeoa sentir con plenitud, sino también a adorar su sentimiento y su sensible yo. Ya conoce esa situación: el violinista en el escenario cierra los ojos y toca dos primeros tonos prolongados. En ese momento el oyente también cierra los
ojos, siente cómo el alma se le expande dentro del pecho y dice: "¡Qué belleza!". Y en realidad lo que oye no son más que dos tonos, que por sí solos no pueden contener una sola idea del compositor ni creatividad alguna y, por lo tanto, ni arte ni belleza. Pero esos dos tonos han llegado al corazón del oyente y han silencioado su razón y su juicio estético. El simple sonido musical ejerce sobre nosotros la misma influencia que la mirada fija de Míshkin sobre una mujer. La música: un bombón para inflar almas. Las almas hipertrofiadas, convertidas en grandes globos, flotan bajo el techo de la sala de conciertos chocando unas contra otras en un increíble tumulto.

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