Amigo aquí no está usted en su casa

No se asusten por el título, va por mi, no por ustedes. Estoy aquí, no en nombre de M., sinó en el mío propio. Hace ya unos días que no encuentro el momento y la forma, y es que parece como si un duende me estuviese susurrando al oído "amigo aquí no está usted en su casa". La frase no es gratuita viene de una cita de Kundera a Stravinski, el cual críticaba en su correspondencia a un gran amigo por querer este recortar un trozo de una ópera suya. Si hacemos memoria, podemos ver que exceptuando el referido a mi cumpleaños, algo completamente egoista en el sentido en que no necesito de un contexto para desarrollarlo, todos los posts que he escribido han sido concebidos lejos de Madrid, en Cambridge, los dos primeros de noviembre la tetralogía y el eternamente desarrollable sobre el beso en mi casa, cerca de Barcelona. Eso no puede ser casualidad. Pero todo o casi todo, en esta vida, tiene un propósito, eso dicen. Y para que este post responda a algo, y para que el título no quede en una malinterpretada casualidad les digo: no es casualidad. Aunque temiblemente muchas cosas en la vida sí lo sean. ¿O fantásticamente?

Me faltan estímulos, existe una diferencia. Fueron muy enriquecedres sendos fines de semana en Cambridge y en Barcelona, y en ellos miles de cosas pasaban por mi cabeza, M. no paraba quieto, muchos temas para desarrollar esperaban su turno para actuar en el escenario de la vida, sin embargo. El domingo me fui en avión, no dormí esa noche, ni hasta el lunes ya avanzada la madrugada, y el dia siguiente ergo, ayer, todo desapareció. No puede ser casualidad.

Durante estos días se me ha planteado en distintas ocasiones, muy distintas entre ellas, qué haría con mi vida. Y no pretendo ni siquiera intuyo, construir una respuesta a esa pregunta, entendiendo que "hacer con mi vida" incumbe un periodo comprendido entre dos años vistos hasta tiempo indefinido. Cuando me detengo a ello, sobretodo mirando con retrospectiva no consigo hallar ninguna respuesta. Pero si veo una cosa muy clara, muy a menudo, los motivos que pudieran atarme en distintos lugares son frutos de un árbol envenenado, y con género femenino, la casualidad. Y eso me aterra, a la vez que me fascina. Como acercarnos al borde de un precipicio. Véase la Insoportable de Kundera, nos atrae el abismo, y a la vez nos horroriza. Una cosa sí tengo muy clara, y con eso cierro, no necesito a nadie que me diga lo de que no estoy en mi casa, de eso ya me he dado cuenta. Pero quien sabe, es caprichoso el azar.

2 comentarios:

ricardo dijo...

M., tú... personalida disociada. Me recuerdas a Aída Nízar... joder, ahora que lo pienso hay otra persona que me la recuerda todavía más :o !

Anónimo dijo...

Almenys oint los vostres d'amor i jovenesa,
de l'aigua al dolç murmuri, qui somniar pogués!
Mes ai!, fuig com la vida ma nau pel vent empesa,
qui sap a l'ombra dolça si ens hi veurem mai més!

Què amargues són, què amargues d'aquesta mar les ones
per qui nasqué en la terra i en un bressol florit!
dolç aire de la pàtria que a tots la vida dones,
per què a mi sols tes ales m'allunyen del seu pit?

Niuada de calàndries, poetes de ma terra,
jo enyoro vostres càntics d'amor, dintre la mar;
avui que el maig aboca ses flors pel pla i la serra
cantau, cantau vosaltres, deixau-me a mi plorar!

Fragment del Poema " La plana de Vic" de Jacint Verdaguer.