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Yo soy raro con las películas, lo admito, aunque mi rareza está sostenida, disimulada e incluso tornada en normalidad en moverse uno por distintos círculos, sobretodo al acercarse en espiral al círculo de las bellas artes, donde el autor va tomando importancia frente a la producción y a ratio de entrada vendida por dollar invertido. Shyamalan es así, a mi me toca la fibra, cada una de sus películas, exceptuando quizás "El Protegido". Lo que ocurre normalmente es que cuando intento justificarme me quedo parco en palabras. Evidentemente no es un thriller, no es una película de terror; se trata más bien de un drama psicológico y si debo compararla con alguna otra película, esas se tratan sin duda las propias; "El Sexto sentido" y "Señales".
Se trata de la perfección, del equilibrio de la belleza del guión, del mimo y de la simpleza de los planos, de la austeridad que rodea la filmación, las sutilezas, las sutilezas, las relaciones lógicas entre personajes, los equilibrios, los problemas morales y la espiral de sentiminentos y belleza que este hombre nos pone enfrente de la pantalla, uno debe sumegirse en ese universo, dejarse llevar, dejarse engañar y dejarse seducir por la fina y bella construcción, y no voy a poner ningún ejemplo, para ello, y después de haber leído este manifiesto simplemente les pido; miren el bosque con el corazón en un puño y disfruten, pues estás películas (las de Shyamalan) son como la vida misma; sólo se disfrutan una vez. El resto ya es historia.
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