Pongamos que hablo de vivir

En mayor o menor medida todo el mundo conoce Casablanca se trata de una de esas películas, algunas escenas de la cual están gravadas en nuestro subconsciente resultando clichés de la vida moderna. Todo el mundo entiendo además que conoce al menos tres frases de esta película. Seguramente además pensamos que cada una de estas frases por separado consituye un final distinto para esta película. Me explico.

"tócala otra vez, Sam" y entonces suena esa melodía de piano que todos conocemos. Bien, ese no es el final. Mira por dónde tuve que ver una genial película protagonizada por Woody Allen para darme cuenta de eso, "Sueños de un seductor", película en la que a Allen se le aparece Bogard para aconsejarle sobre las mujeres. Es fantástico ver a un estereotipo actuar en situaciones eminentemente cómicas. Lo siento pero me chifla Allen.

"Siempre nos quedará París" otra de las frases que algún día pienso hacer mía, a pesar de que ahora tiene por coletilla otra ciudad que poco a poco voy queriendo más y que la ligera amargura que se perfila en nuestra despedida hace que nuestra relación sea cada vez más especial. Madrid, así se llama ella. Nuestra relación es ya madura, no ha madurado bien; empezamos con mal pié, yo era muy joven, ella tenía mucha experiencia. Yo no encontraba mi sitio en ella y sin embargo ella me contenía en todo mi ser. Tuve que tener otras amantes para valorar el sentido que tenía en mi vida; Bruselas, Barcelona... por poner algunas. Y ahora veo que día a día la quiero más y más y sin embargo no hay vuelta atrás; lo nuestro acabará en pocos meses. Pero bien, por ahora me la hago propia, siempre me quedará Madrid.

"Este es el principio de una gran amistad" Finalmente, la última de las frases, la menos sutil, la menos dulce, la menos amarga; la más común. Es esta, en una escena recogida en el fotograma de arriba, la que concluye la película. La frase cierra una escena final sublime, increïble, irrepetible (a no ser que seas Allen por supuesto). Y no es por ser Kundera por lo que tiene que ser verdad, pero uno de sus amores ridícules dice tal que así "Lo único eterno que he encontrado en esta vida es la amistad de un hombre; no está salpicada por las estupideces del erotismo"

En qualquier caso cierro con una cita de Sabina que tanto ha dado vueltas últimamente por aquí si bien, metamorfoseado:

Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.

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