Le valse des adieux

"I must bid you farewell, carried by destiny, bound to obey". Hacía tiempo que por aquí no rezaban canciones. Envez de reproducirla la he citado por una razón muy sencilla, la pedante elegancia de la palabra inglesa farewell y el verbo to bid farewell, es cómo decir goodbye pero de una forma mucho más posh. Y no tenemos mucha pochería en el idioma de Cervantes. No almenos para despedirnos, para decirnos Adiós. Hasta Luego.


Algunas personas saben que se me dan muy mal las despedidas, a pesar de que podría estar doctorado en ellas; muchos periódos de mi vida se han visto ya marcados por ellas y por su vaivén, por su repetición en mi vida. No obstante y sin embargo una despedida suele estar acompañada por muchas otras cosas positivas aunque de naturaleza tragico-nostálgica. La despedida en sí es algo bello, del encaje de manos al beso apasionado, pasando por el eterno abrazo de una tormenta emocional con un torrente de sentimientos sin presa ni delta.

Y luego siempre le sigue una llegada, nuevos hello's. Por supuesto, siempre entre un tránsito, se habló en este sitio hace ya un tiempo de lo que es estar en tránsito. Ese no ser, no estar, no hacer que se es se está y se hace cuando se viaja de un punto a otro; las horas muertas que más bien vale pasarlas contemplando una ventanilla y invocar nuestros interiores que mirando una pantalla de unas pocas pulgadas. Y después de las pocas pulgadas llega nuestro destino y los nuevos holas.

Au revoire dijo voltaire.

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