Torcióseme la pluma, III

No estoy haciéndole la tres-catorce, ni el truco del almendruco, ni nada por el des-tilo. No hombre no, lo que usted pretende hacer madera de las hojas caídas de los árboles. Una conversación es un tronco, mis árboles tienen muchas ramas, ¿sabe? Yo suelo irme por ellas, cuando le he pintado un árbol suficientemente interesante, entonces tenemos que ponerle el follaje, toda historia tiene un follaje ¿sabe? A mucha gente sólo le interesan las historias con follaje. Che, que luego si acaso ya le he pintado un bosque y entonces usted ya podrá hacer madera, que es a lo que ha venido.
Esto es absurdo
No digo que no
No me diga lo que no dice, digame lo que quiere decirme
Por querer yo ahorraría saliva que falta me hace para otras cosas
No le falte respeto a la autoridad, ¿quiere?
Bueno, de acuerdo, si no hay más remedio, le pondré en escena, pero luego, no diga que no le advertí compadre. Todo le parecerá muy sencillo con los detalles. Y siendo la vida lo complicada que es... Obviando las razones que complementan a cuaqluier determinante cuantitativo, cualitativo y circustancial acentuado. Me encontré fundiendo plomo culo al aire a una vela. El plomo, cómo la naturaleza dicta-pluma se fundió. Vertí el contenido del culo escaldado de la cuchara en un vaso con agua fría. Sonó en chasquido acompañado de cierto humo de naturaleza mecanica y en cuanto quedó una forma sólido-esperpéntica en el vaso, todo el mundo había desaparecido, dejando tras de sí, una humareda metálica. Che, será que también se les fundió el plomo.

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